La vicepresidenta Victoria Villarruel se expresó sobre el ataque de Israel sobre la única iglesia católica en la Franja de Gaza y envió un mensaje de apoyo al párroco argentino que fue herido por una esquirla, el padre Gabriel Romanelli.

«Quiero expresar todo mi apoyo y solidaridad al Padre Gabriel Romanelli y a toda la feligresía de la Parroquia Sagrada Familia en la Franja de Gaza, que hoy sufrieron el bombardeo de fuerzas israelíes. Envío asimismo mis condolencias a las familias de los cuatro muertos y la pronta recuperación de los siete heridos“, sostuvo a través de sus redes sociales la vicemandataria.

En tanto, añadió: «El Padre Romanelli hace carne las palabras de Cristo de amar al prójimo permaneciendo junto a sus fieles y refugiados, abriendo las puertas de nuestra Iglesia a quienes sufren el conflicto armado».

Y completó: «Que la Virgen de Luján Patrona de la Argentina proteja al Padre Romanelli y a todos los argentinos que misionan en el mundo defendiendo al cristianismo, y que por su intercesión, tal como lo ha pedido Su Santidad León XIV: ‘haya un alto el fuego inmediato’“.

El párroco argentino era uno de los sacerdotes que estaban al frente de la iglesia de la Sagrada Familia de Gaza, que desde que comenzó el conflicto armado entre Israel y Hamas, se transformó en un centro para los refugiados. Sin distinción de credos, la parroquia recibía a familias cristianas y también musulmanas. En el momento del ataque, había entre 500 y 600 personas en el lugar.

La iglesia de la Sagrada Familia de Gaza-ubicada en el norte del enclave- forma parte del Patriarcado Latino de Jerusalén-que fue quien comunicó la noticia- con un comunicado que decía: “La Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza se ha visto golpeada esta mañana por un bombardeo. Hay varios heridos en el lugar, entre ellos el párroco, Gabriel Romanelli”.

En ese sentido, esta mañana, desde la Cancillería aseguraron que la gestión de Javier Milei transmitió “su preocupación a las autoridades del Estado de Israel, y confía en que se brindará la asistencia necesaria al padre Romanelli, así como a los miembros de la comunidad afectada”.

El padre argentino Gabriel Romanelli fue herido en una de sus piernas

En su pronunciamiento a través de un escrito, la administración libertaria reiteró su llamado “al pronto restablecimiento de las condiciones que permitan la paz y la seguridad en la región”, y reafirmó “su compromiso con la protección de los lugares de culto, el personal religioso y el respeto a la libertad de religión”.

Las autoridades resaltaron que “el resguardo de los civiles y de las instalaciones religiosas y humanitarias constituye un principio esencial del derecho internacional humanitario, que debe ser plenamente observado por todas las partes involucradas”.

La historia de Romanelli

El padre Gabriel Eduardo Romanelli nació en Buenos Aires, en el barrio de Villa Crespo y se crió en Villa Luro. Es miembro del Instituto del Verbo Encarnado, una congregación misionera católica fundada en San Rafael (Mendoza), en 1984. Todos sus estudios -teología y filosofía- los hizo en esa ciudad: el noviciado y el seminario en la congregación María Madre del Verbo Encarnado.

Tras completar su formación en Mendoza, partió en 1995 hacia Medio Oriente. Romanelli ya tiene en su haber 30 años como misionero. Su primer destino fue Egipto, donde además aprendió el árabe. Luego pasó 4 años en una misión de la diócesis del Patriarcado Latino de Jerusalén, en la ciudad de Madaba, en Jordania. Más tarde, el patriarca de esa diócesis lo envió a Roma por dos años para completar una licenciatura en filosofía y volver a la región como formador.

El párroco argentino era uno de los contactos directos que tenía el papa Francisco para saber sobre la situación en la Franja de Gaza

A su regreso a Tierra Santa, fue destinado al seminario de Cisjordania, donde pasó 14 años como docente en materias de Filosofía, en árabe y en francés. También era formador en el seminario de los Padres Franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. Esas clases las dictaba en italiano.

Junto con las hermanas servidoras del Señor de la Virgen de Matará, rama femenina de la congregación del Verbo Encarnado, fundó el Hogar Niño Dios de Belén para chicos abandonados o discapacitados y con necesidades especiales. Sentía orgullo de señalar que ese hogar de Belén estaba “muy cerca de donde nació Jesús”.