A partir del lunes se retomará la negociación en el peronismo bonaerense

“Lo de la marcha ya pasó. La semana que viene volvemos a negociar”, dijo al pasar un intendente del Movimiento Derecho al Futuro (MDF), el espacio que lidera Axel Kicillof. El fin de semana largo será un separador para dividir la detención de Cristina Kirchner de la negociación electoral. El lunes todo volverá a arrancar. Otra vez.

Cuando comience la próxima semana, van a quedar 27 días para negociar un acuerdo electoral entre Kicillof, Sergio Massa y Máximo Kirchner, que será el representante de la ex presidenta en la mesa de negociación física a la que ella no puede asistir. Hasta aquí, los interlocutores entre CFK y el Gobernador no fueron útiles para lograr un acuerdo.

El 9 de julio será el primer momento de tensión: se vence el plazo para presentar alianzas. Las diferencias internas y la enorme desconfianza que hay en la convivencia política de Unión por la Patria (UP), es posible que terminen obligando al Gobernador a presentar un frente electoral propio, como resguardo ante una falta de acuerdo con La Cámpora.

Aunque después no lo use, el mandatario debe tener la herramienta para presentar listas, en el caso de que el peronismo se termine fracturando. En La Plata mantienen la misma postura desde hace tiempo. Buscan la unidad del espacio político, pero que se respete el rol y la influencia que tiene Kicillof y su armado.

Kicillof plantea que es importante que se respete la posición que tiene el MDF en la mesa de negociación

El miércoles, luego de la multitudinaria marcha a la Plaza de Mayo para respaldar a CFK, Máximo Kirchner dejó entrever en una entrevista que podía ser candidato a diputado provincial por la tercera sección electoral. Es decir, ocupar el lugar que su madre dejó vacante.

“Los candidatos se tienen que negociar. Por ahora no hay nada definido”, aseguró uno de los jefes comunales más cercanos a Kicillof. En el MDF, como era de esperarse, no cayó bien que se haya instalado la idea de que el líder camporista puede reemplazar a su madre. Lo sintieron como un nuevo intento de instalación, sin consenso previo. “Ese movimiento no se condice con la búsqueda de la unidad”, sostuvo uno de los dirigentes más importantes del kicillofismo.

La negociación se quedó frenada el jueves 5 de junio, cuando Kicillof y la ex presidenta acordaron trabajar para generar una lista de consenso en la provincia de Buenos Aires. Nadie habló de unidad en aquella vuelta. Ni tampoco ahora. Incluso, dos días atrás, en un plenario, el Gobernador habló de “listas conjuntas” y aclaró que debían respetarse algunos de los pedidos que él había realizado. Entre ellos, que su gobierno tenga un oficialismo. Es decir, que los propios no le pateen en contra.

Son conceptos y palabras diferentes. Sutilezas del micromundo peronista. En ambos lados del mostrador repiten que “se harán todos los esfuerzos necesarios” para llegar a un punto de encuentro. La mayoría, aún los que están enojados, creen que ese acuerdo llegará. Al límite del tiempo permitido, pero llegará. Y si no, habrá una fractura expuesta.

Máximo Kirchner será el principal negociador de la ex mandataria en la cancha electoral

En el MDF aseguran que están preparados para una eventual ruptura. Sostienen que tienen capacidad para armar listas en los 135 distritos de la provincia y que una división podría terminar generándoles un mayor volumen de dirigentes, ya que algunos intendentes se acoplarían a una propuesta electoral que no contenga al cristinismo.

Ese escenario posible es una alarma para el peronismo bonaerense. Una eventual división, dinamitaría el armado político y le daría a los libertarios una victoria asegurada. Pero en la fuerza política del Gobernador asumen que una eventual ruptura puede ser perjudicial en el corto plazo, pero positiva para el peronismo en el mediano plazo, ya que se generaría una renovación obligada en la conducción política.

En el cristinismo también aseguran que van a trabajar por la unidad y que la marcha del miércoles fue un punto de encuentro que debe servir para que el peronismo deje a un costado las mezquindades y trabaje en un acuerdo integral. Para ellos la voz de CFK seguirá vigente y tendrá un rol preponderante en la reorganización del peronismo.

En el MDF dicen que Kicillof no puede tener “menos del 40% de las listas” y que su representación en la propuesta electoral debe ser importante. “Tenemos que tener legisladores propios”, repiten en el interior del armado político que vio la luz este año.

Cristina Kirchner podrá salir al balcón de su casa (REUTERS/Pedro Lazaro Fernandez)

“Algunos de ellos dicen que todavía nos duele la unidad del 2019. Esa unidad es la que lo puso a Axel de gobernador. Si no seguía dando vueltas por el Parque Rivadavia”, chicaneó un dirigente kirchnerista, en referencia a una definición del ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, y a las recorridas que Kicillof hacía en el 2016, cuando empezó a levantar su perfil de dirigente nacional durante el gobierno de Mauricio Macri.

El lunes -o tal vez en algún momento del fin de semana- se descongelará la negociación electoral. A esta altura del calendario, lo más probable es que un grupo de intendentes asuman el rol de diseñar el acuerdo de base, que después deben validar CFK, Massa y Kicillof.