Lassana Diarra le exige una cifra millonaria a la FIFA (Action Images / Lee Smith/File Photo)

Lassana Diarra se encuentra en una batalla legal con la FIFA hace más de 11 años. El francés, tras un fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), le reclama a la entidad madre del fútbol una cifra superior a los USD 75 millones por daños y perjuicios.

El exjugador, que militó en clubes como Real Madrid, Chelsea, Arsenal, PSG y Lokomotiv de Moscú, sostiene que el organismo presidido por Gianni Infantino obstaculizó su carrera profesional al impedir su traspaso en 2014, y ahora cuenta con el respaldo explícito de FIFPRO, la federación internacional de futbolistas profesionales.

El origen del conflicto se remonta a 2014, cuando Diarra intentó rescindir su contrato con el Lokomotiv de Moscú para incorporarse al Charleroi de Bélgica. La FIFA bloqueó la operación, lo que desencadenó una larga disputa legal. En octubre de 2024, el TJUE falló a favor del futbolista francés, declarando ilegales varias disposiciones del sistema de traspasos vigente.

La demanda de Diarra podría sentar un precedente (REUTERS/Charles Platiau/File Photo)

Esta resolución judicial, según el propio Diarra, representa un hito: “Me he visto obligado a librar esta batalla legal desde agosto de 2014, son más de 11 años”, explicó en un comunicado. El ex mediocampista subrayó que su posición privilegiada le permitió resistir la presión institucional, pero advirtió sobre la situación de “los jugadores prometedores y menos conocidos que no tienen los medios económicos y psicológicos para enfrentarse a la FIFA ante jueces reales”.

El fallo del TJUE fue contundente. El tribunal determinó que las normas de la FIFA que imponían la responsabilidad solidaria al nuevo club en caso de ruptura de contrato vulneraban el artículo 45 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que garantiza la libre circulación de trabajadores. La sentencia estableció que “el sistema de traspasos de la FIFA podía disuadir a los clubes de contratar jugadores por temor a tener que pagar indemnizaciones, restringiendo de manera injustificada la libertad de movimiento de los futbolistas”.

Esta decisión, conocida ya como la “sentencia Diarra”, obliga a la FIFA a modificar su reglamento para alinearlo con la legislación comunitaria y refuerza el principio de que ninguna entidad deportiva puede situarse por encima de las leyes europeas.

En su declaración pública, Diarra recordó que tanto la FIFA como la Federación Belga de Fútbolperdieron ante el TJUE, ¡en todos los frentes!” y denunció que el organismo internacional “decidió modificar su reglamento de una manera que no cumple con los estrictos requisitos de la sentencia”. El exjugador también reveló que esperó durante meses la posibilidad de alcanzar un acuerdo amistoso, que nunca se materializó: “Esto refleja una cultura de desprecio continuo por el Estado de derecho y por los jugadores”.

El respaldo de FIFPRO ha sido decisivo en esta nueva etapa. La organización enfatizó que la decisión de continuar con el litigio responde a la falta de voluntad de la FIFA para negociar: “La decisión de seguir adelante con el litigio se tomó tras los infructuosos intentos de llegar a un acuerdo amistoso, ya que la FIFA se negó a comprometerse constructivamente”.

El abogado Martin Hissel detalló el siguiente paso procesal: “Tras una sentencia del TJUE, en ausencia de una solución amistosa, el siguiente paso lógico es volver a los tribunales nacionales para que la apliquen. Eso es lo que estamos haciendo ahora”. Según sus estimaciones, los tribunales belgas podrían pronunciarse en un plazo de 12 a 15 meses, y tanto la FIFA como la Federación Belga de Fútbol figuran como responsables solidarios de los daños reclamados.

La trascendencia de este caso va más allá de la situación personal de Diarra. El propio Hissel subrayó que, a partir de la sentencia del TJUE, “todos los jugadores que hayan tenido o tengan que seguir su carrera bajo las normas ilegales de la FIFA (todos los jugadores profesionales que hayan jugado o estén jugando en un Estado miembro de la UE o en el Reino Unido desde 2002) tienen derecho a una indemnización”.

La demanda colectiva abre la puerta a que cualquier futbolista afectado pueda reclamar compensaciones, tanto por daños generales como específico.